Nicaragua continúa posicionándose como el país más seguro.
En las carreteras, barrios y poblados de Nicaragua la ofensiva contra la delincuencia ha transcurrido a la par de un incremento en la seguridad, operativos y patrullajes policiales, posicionando al país como el más seguro de América Latina, de acuerdo con informes oficiales.
Seguridad en los colegios, terminales de autobuses, en canchas deportivas, mercados populares, en las actividades religiosas y recreativas, centros turísticos o el campo, son algunas de las tareas que la Policía Nacional de Nicaragua realiza para conservar el prestigio de ser el país “más seguro” de la región.
“Tenemos una estrategia integral de la seguridad ciudadana. Se articula el trabajo de todas las instituciones con el trabajo de la Policía Nacional y con la participación protagónica de la población”, afirmó el segundo jefe de la Policía en Managua, Fernando Borge.
La tasa de homicidios de Nicaragua se situó en 7 por cada 100.000 habitantes en el 2017, el índice más bajo entre los países de Centroamérica, y el menor indicador en Nicaragua en los últimos 11 años, de acuerdo con Borge.
Esa tasa de homicidios es, además, la segunda más baja en América Latina, de acuerdo con los informes oficiales, siendo Managua la capital de la región más segura, solo por detrás de Ottawa, la capital de Canadá.
Más de la mitad de las denuncias telefónicas que recibe el centro de Servicio de Respuesta a la Emergencia (Serep) se concentran en delitos menores, como riñas callejeras, hurtos o accidentes de tránsito, indicó a Efe el jefe del ente, Marco Antonio Lanuza.
Las 70 personas, entre hombres y mujeres, que trabajan en el Serep reciben al día a través del número de emergencias 118 entre 6.620 y 8.350 llamadas telefónicas, dando respuesta presencial a la población entre 7 y 10 minutos después de colgar.
La rápida respuesta se debe a la organización por distrito, sectores, barrios y el patrullaje inteligente que realizan las autoridades, detalló Lanuza.
Sin embargo, la Policía, que cuenta con 14.000 agentes a nivel nacional, también ha malgastado recursos valiosos para atender falsas emergencias, que provienen, generalmente, de adultos y en algunos casos, de infantes en complicidad con mayores de edad.
De las 210.000 llamadas recibidas en febrero pasado, al menos 63.000 fueron falsas, que son hostigosas o anónimas y de esta cifra, se realizó un expediente policial contra 18 personas que responderán antes los juzgados de Managua por el delito.
Aunque la población cuestione la seguridad en el país centroamericano por algunos robos con intimidación o los recientes casos de secuestros, situación rara y aislada en el país, Nicaragua continúa posicionándose como la más segura.
De acuerdo con Borge, las maras o pandillas aún continúan sin tener presencia en Nicaragua “y esto tiene que ver con la estrategia del muro de contención contra el crimen organizado y el trafico internacional de drogas”, aseguró.
Durante el 2017, la Policía nicaragüense recibió un total de 80.092 denuncias de todo tipo, un 17,5% menos que un año antes.
Del total de denuncias, 4.052 fueron por lesiones, por violación 1.138, robos con intimidación (3.056), robos con fuerza (3.938) y robos con violencia (2.360).
En tanto, por drogas y estupefacientes las autoridades recibieron 2.644 denuncias, secuestros extorsivos (6), homicidios (431), por faltas penales fueron 42.252 y otros delitos constituyeron 20.215, de acuerdo con datos oficiales.
Borge comentó que de los 153 municipios que tiene el país, casi el 60 por ciento está “con niveles de tranquilidad y seguridad bastante altos”.
Mostrar a Nicaragua al final de las lista de los países más violentos de la región, se traduce en más inversión extranjera, incremento del turismo y mejora ampliamente el nivel de vida de los nicaragüenses, según han afirmado diversos sectores estatales. EFE