Cultivo del café en Nicaragua podría convertirse en víctima del cambio climático.
Un estudio de científicos latinoamericanos proyectó que el aumento de la temperatura y cambios en el régimen de lluvias afectaría entre 73% y 88% de las tierras aptas para la producción del grano en la región.
“Lo que va a haber es una reducción de áreas aptas para café por condiciones climáticas, por disminución de precipitación y aumento de temperatura”, explicó a la AFP Emily Fung, autora del estudio e investigadora del Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE), en Costa Rica.
La experta agregó que “esas zonas no van a desaparecer del todo, pero serán menos aptas para la producción de café”.
En el reporte participó el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) de Colombia y contó con financiamiento de la organización ambientalista Conservación Internacional.
El estudio utiliza los escenarios futuros de cambio climático para modelar cómo se comportarían las zonas adecuadas para el cultivo del café arábiga, el más fino de las variedades del grano y que requiere zonas de altura y clima templado.
Los resultados apuntan a que países productores como Colombia, México, Guatemala y Costa Rica tienen más posibilidades de adaptarse a los cambios de temperatura porque tienen zonas más altas que pueden ser incorporadas para el cultivo de café.
Por el contrario, la investigación prevé perdidas de áreas cultivables en Honduras y Nicaragua, que tienen menos altura.
“Para la siembra del café se necesitan condiciones climáticas ideales, y ésas van a cambiar, probablemente se va a tener que sembrar café en otras áreas con temperaturas más bajas y más precipitaciones. Se buscaría áreas más altas”, indicó Fung.
Los cambios podrían tener impacto social significativo por cuanto 80% del café en América Latina proviene de pequeños productores, con terrenos inferiores a cuatro hectáreas, según la versión del estudio publicado en la revista estadounidense Proceedings of the National Academy of Science.
América Latina es la principal región productora de café, con cerca de 5.000 millones de kilos anuales. Brasil es el líder mundial en el cultivo del grano, y tiene otros grandes productores como Colombia, Honduras, Guatemala, México y Perú, según la Organización Internacional del Café (OIC), con sede en Londres.
La producción latinoamericana duplica a la de Asia, el segundo lugar mundial.
En tanto, áreas actualmente utilizadas para el cultivo del café podrían pasar a servir para otros cultivos de clima cálido, con la tendencia de calentamiento.
Fung mencionó que en el cantón costarricense de Turrialba, 45 kilómetros al este de San José, donde está la sede del Catie, se ha comenzado a cultivar caña de azúcar donde poco tiempo atrás había café.
El investigador del CIAT, Pablo Imbach, destacó que este estudio es el primero que aborda el impacto del cambio climático sobre los polinizadores del café, aunque lo hace de manera preliminar.
Los investigadores modelaron la posible distribución de abejas, proyectaron cómo se desplazarían en busca de climas ideales para sobrevivir, y analizaron si había coincidencias con las áreas que serán aptas para el café.
“Aunque el café no necesariamente depende de las abejas para polinizar, porque se puede autopolinizar, hay estudios que indican que la ayuda de las abejas aumenta la productividad del café, hace que el fruto sea más grande y homogéneo”, explicó Fung.
De ahí el interés por saber si al disminuir los sitios aptos del café, las abejas podrían ayudar a amortiguar esa reducción.
“Lo más importante es mantener el hábitat para las abejas, y para eso conviene que los sembradíos de café estén cerca de bosques, que tengan árboles de sombra, cercas vivas y plantas nativas cerca de los cultivos”, dijo Fung.
Eso proporcionará recursos para las abejas que ayudarán a preservar el cultivo de café, explicó la investigadora.
Marco SIBAJA/AFP