La romería por el Cristo Negro, una tradición de más de 100 años en Nicaragua
Bajo el sol abrasador de enero, la bendición de un sacerdote marca el punto de partida de docenas de carretas que, haladas por bueyes, peregrinan hasta llegar al Santuario del Señor de Esquipulas en el municipio de El Sauce, noroeste de Nicaragua, en una tradición con más de 100 años.
Tras un convulso año político en el país centroamericano, familias del pintoresco pueblo de Villanueva, ubicado a 45 kilómetros de El Sauce, se encaminan en romería para celebrar al Señor de Esquipulas o Cristo Negro, quien es visitado por miles de fieles de todo el país este fin de semana, días principales de las fiestas en esa ciudad.
“Mi abuelita y mi papá nos llevaban siempre en carreta. Es una tradición que tenían desde sus antepasados y ellos nos la transmitieron a nosotros”, explicó a Efe la devota del Señor de Esquipulas, Edith Escobar Ramos, que tiene más de 50 años de recorrer 45 kilómetros en carreta halada por bueyes.
Por pagar algún milagro recibido, devoción o tradición, las personas desde días antes comienzan a “preparar” maletas para su viaje.
Las carretas elaboradas con madera y con una especie de choza hecha con palma de coco o plásticos para cubrirse del inclemente sol, son aprovisionadas con alimentos, agua limpia, comida para las reses, vestimenta y, sobre ellas, se acomodan familias que deciden peregrinar hasta El Sauce, a 150 kilómetros al noroeste de Managua.
“Mi papá ya murió, entonces yo quedé pagando la promesa de él”, dijo a Efe Marvin González, quien viajaba con su esposa y tres de sus nietos, de entre 1 y 5 años.
Sin embargo, no sólo los peregrinos de Villanueva realizan esta tradición. Desde un día antes grupos de carretas salen de otras municipalidades más lejanas para sumarse y juntarse durante el camino.
Pasan el día andando y cuando cae la noche llantos de recién nacidos se escuchan en la intemperie de un río casi seco que hay que cruzar.
Los conductores de las carretas bajan a sus tripulantes para que a los bueyes no se les dificulte pasar por el hilo de agua pedregoso y luego una cuesta bastante inclinada.
Pasados unos 40 minutos, las 12 carretas cruzan sin tantas dificultades para acampar un par de metros después, pero otras 12 se quedan en la rivera, bajo un techo de estrellas y con el sonido del agua corriendo entre las piedras.
En total, al llegar a El Sauce son al menos 70 carretas las que se juntan y peregrinan mientras son recibidas entre cantos, alimentos, agua y bendiciones religiosas.
La peregrinación, en caminos de tierra, polvoriento y con piedras puntiagudas, les toma, al menos, dos días para aquellos que viven más lejos del Santuario que este fin de semana celebrará a su Cristo Negro.
Los fieles católicos de Nicaragua celebran la imagen de Jesús crucificado que veneran los centroamericanos desde hace más de 400 años.
Al menos siete poblados de Nicaragua celebraron con fiestas populares al Cristo Negro, por ser el patrono local.
Las comunidades donde se celebra con más algarabía el Cristo Negro son Chontales, Tipitapa, Esquipulas, Matagalpa, El Sauce, Jinotega y La Conquista.
El Cristo Negro se veneró por primera vez en 1594 en Esquipulas, Guatemala, desde donde su popularidad se extendió a Mesoamérica.
Un 58,5 por ciento de los habitantes de Nicaragua son católicos, según datos oficiales.
Fotografía del 17 de enero de 2019, muestra a un sacerdote bendiciendo las carreta peregrina antes de iniciar su recorrido en el municipio de Villanueva (Nicaragua) para celebrar la peregrinación de romería en honor al Señor de Esquipulas o Cristo Negro hasta llegar al Santuario de El Sauce. EFE