“Policías no tienen orden de disparar”.
El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, lamentó hoy las muertes registradas en las protestas y defendió la actuación de la Policía que, dijo, “tiene órdenes de no disparar” a los manifestantes.
“La sangre no tiene diferencia de colores, en todos nosotros corre la misma sangre. A todos nosotros nos duele la muerte de nuestros seres queridos. Tenemos razón de indignarnos”, indicó Ortega, en la mesa de diálogo nacional instalada este miércoles en Managua como vía para superar la crisis.
Ortega, quien en ningún momento de su discurso ordenó el cese de la represión ni la condenó, defendió el papel de la Policía que, a su juicio, ha sido víctima de esta campaña y que “tiene órdenes de no disparar” contra los manifestantes.
El mandatario criticó la violencia de los manifestantes y afirmó que “cuando nosotros luchábamos contra la guerra somocista nunca promovimos el asalto de negocios”.
El presidente aseguró que nadie está de acuerdo con la muerte de los jóvenes de diferentes tendencias políticas, pero tildó de mentira que haya desaparecidos o prisioneros políticos.
“Situaciones como estas solo se resuelven en el marco de la ley y la justicia, y por esa razón hemos invitado a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para que acompañe ese esfuerzo y que reine la justicia en nuestro país, para que se investigue realmente cuántos desaparecidos hay, cuántos prisioneros políticos hay en Nicaragua, que nos pasen la lista, que no se utilice la mentira”, aseveró.
Ortega afirmó que tiene que haber justicia para todos, para los estudiantes, policías, trabajadores, religiosos. Justicia no es solo para unos, no es que solo para un lado vamos a ver los muertos, los muertos están de todos lados.
Previo al comienzo de su declaración, la instalación del diálogo nacional fue interrumpida por los universitarios presentes en la mesa con gritos de “¡eran estudiantes, no eran delincuentes!”, en relación a los muertes causadas durante las protestas.
Nicaragua espera que el diálogo nacional ponga fin a una crisis causada por multitudinarias manifestaciones a favor y en contra del Gobierno de Ortega, que ha cobrado entre 58 y 65 muertes en 29 días.
Efe