Hombre sigue prófugo por crimen en Tipitapa
La Institución del Orden Público continúa su búsqueda exhaustiva de Orlando Elis Espino Soza, quien es buscado por los delitos de homicidio y lesiones graves en Tipitapa.
Su padre, Orlando Espino, afirmó que su hijo supuestamente se había entregado en la delegación de Tipitapa, pero poco después rectificó la información, reconociendo su error.
El padre explicó que la confusión se originó cuando su esposa, María José Soza, de 67 años, confundió a uno de los detenidos con su hijo, lo que generó el rumor. Don Orlando expresó que, de conocer el paradero de su hijo, lo llevaría personalmente a la policía para que enfrente la justicia, pero lamentablemente no tiene información sobre su ubicación actual.
Las autoridades habían intensificado la búsqueda de Orlando Espino Soza tras su implicación en el asesinato de Carlos Eduardo Sánchez, quien fue atacado a machetazos la tarde del pasado domingo en las afueras de un billar, también situado en la comarca San Juan de la Plywood. En el mismo ataque, Yelfrin Arróliga, la pareja de Espino Soza, sufrió heridas graves, incluyendo la cercenadura de su mano derecha.
La tragedia fue registrada por una cámara de seguridad del establecimiento, en la que se observa la salida de Carlos Sánchez y Yelfrin Arróliga del local, momentos antes de que ocurriera el violento incidente. En la grabación, Yelfrin intenta tomar una motocicleta, mientras su primo Carlos la espera, cuando Orlando Espino Soza llega al lugar, abordando una moto conducida por un individuo apodado “El Gorrión”. Tras un acalorado reclamo, Espino Soza desenfunda un machete y arremete contra Yelfrin, ocasionándole severas lesiones.
La situación ha sido devastadora para los seres queridos de la víctima. Don Cruz Sevilla Sánchez, hermano de Yelfrin, informa que ella se encuentra sumida en un profundo sentimiento de culpa, incluso llegó a expresar el deseo de haber muerto junto a su primo.
Según testimonios de familiares, Yelfrin Arróliga, originaria de Nueva Guinea en el Caribe Sur, mantenía una relación conflictiva con Orlando Espino Soza, caracterizada por constantes abusos y maltratos. Espino Soza, según se indica, tenía problemas de adicción a las drogas y en episodios de ira había manifestado intenciones de agredir a su propio hijo, un niño con discapacidad de 13 años.
