Operativo deja varios muertos en Carazo.

Publicado por admin el 8 de julio, 2018
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Mas muertes deja la incursión de antimotines y paramilitares en el suroeste de Nicaragua, persistiendo la violencia en casi tres meses de protestas contra el presidente Daniel Ortega, quien descartó adelantar elecciones para resolver la crisis.

El ataque dejó decenas de personas muertas, de acuerdo con informes preliminares de la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (ANPDH), donde la Policía Nacional dio a conocer que dos de sus agentes perdieron la vida.

Ocho cadáveres se encuentran en el Instituto de Medicina Legal, donde solo dos han sido identificados por sus familiares.

Hombres de civil, con capuchas negras y fuertemente armados, recorren calles de Jinotepe y Diriamba, en el departamento de Carazo, mientras palas mecánicas desmontan barricadas levantadas por manifestantes, según videos de pobladores difundidos en redes sociales.

De acuerdo con los reportes preliminares extraoficiales: en Diriamba habría ocho muertos y 30 heridos; en Dolores tres fallecidos y cuatro detenidos; en Jinotepe cuatro decesos y 17 heridos; y en Hertylandia cinco personas perdieron la vida.

Hasta el medio día se había identificado a dos personas muertas: Jose Luis Mojica García, de 18 años; y Luis Acevedo de 29 años maestro de inglés quien murió de tres disparos cuando se encontraba en su casa de habitación en Jinotepe y deja en orfandad a tres niños.El cadáver del joven se encuentra todavía dentro de la vivienda y hay asedio de grupos armados en la zona.

“Nos reportan ya tres muertos, dos en Diriamba y uno en Jinotepe”, aseguró a la AFP Vilma Núñez, presidenta del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh).

Los fallecidos que reporta este organismo son:
-José Manuel Campos (chema)
-Gerald Villavicencio
-Josué Israel Mojica García
-Luis Fernando Acevedo
-Carlos Alejandro Ochoa
y dos más que fueron asesinados con una granada en tranque san José y no se sabe los nombres debido a que se llevaron los cuerpos.

y los Policías:
-Hilario de Jesús Ortiz Zavala y Faber Antonio López Vivas.

La situación continúa tensa, con enfrentamientos a tiros entre fuerzas del gobierno y manifestantes. Hay varios heridos y una veintena de detenidos, según los grupos locales humanitarios.

Una decena de personas se resguarda en la basílica de San Sebastián de Diriamba, asediada por hombres armados, según testigos y miembros de la Iglesia católica.

El Cenidh en Carazo y la Asociación Nicaragüense pro Derechos Humanos (ANPDH) aseguraron que paramilitares y antimotines también se tomaron los hospitales de Diriamba y de Jinotepe.

En fotografías que han hecho circular los habitantes de Carazo se ve que los policías mantienen de rodillas y de frente a una pared a un grupo de personas, al parecer protestantes, quienes están en ropa interior.

Medios oficialistas celebraron que las vías de esa zona están despejadas y están circulando ya más de 350 furgones de carga centroamericanos que estaban varados desde hacía más de un mes en el bloqueo de la carretera en Jinotepe.

“Hay un ataque desmedido de las fuerzas del gobierno, que está acarreando derramamiento de sangre, más muerte y luto en nuestro país. La represión de fuerzas combinadas es desproporcionada”, declaró el secretario ejecutivo de la ANPDH, Álvaro Leiva, quien no descartó que haya más muertos.

El secretario ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Paulo Abrao, quien está en Managua, aseguró que “el Estado está incumpliendo su deber de desmantelar las turbas” y que “grupos armados progubernamentales apoyados por la policía” siguen entrando en las ciudades “de manera masiva”.

En Matagalpa, en el norte de Nicaragua, al menos una persona murió el sábado en otra acción violenta en medio de las protestas, según la ANPDH.

Ortega, quien reapareció el sábado en un multitudinario acto de seguidores, tras más de un mes de no comparecer en público, insistió en que los manifestantes son “asesinos” y “delincuentes” que tienen bajo caos al país.

Obispos de la Iglesia católica pidieron a los pobladores de Jinotepe y Diriamba proteger sus vidas y al gobierno a detener la “represión”.

“Estamos viviendo una situación muy difícil, dolorosa. Le pido al presidente, a doña Rosario que por favor paren esto (para ) no llevar mas dolor, más tristeza” a los nicaragüenses, aseguró el cardenal Leopoldo Brenes.

“Las reglas no pueden venir a cambiarlas de la noche a la mañana simplemente porque se le ocurrió a un grupo de golpistas”, aseguró Daniel Ortega.

La Iglesia media entre el gobierno y la opositora Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia -grupos de la sociedad civil-, y propuso adelantar los comicios de 2021 a 2019, pero el diálogo se estancó porque Ortega no respondía a esa demanda.

“Lo que se le presentó fueron los sentimientos que salieron del diálogo, de un adelanto de las elecciones,seguimos apostando” por la negociación, agregó Brenes, presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua.

Para aumentar la presión contra Ortega, la Alianza Cívica llamó a una marcha el próximo jueves y a un paro nacional el 13 de julio, el segundo convocado en la crisis.



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